Una de las constelaciones más impresionantes de invierno es la constelación
de Auriga o el Cochero. Situado al norte de la constelación de Tauro, es fácilmente
reconocible por su forma de pentágono que le dotan sus cinco estrellas
principales. Destaca por encima de todas, Capella, una estrella Gigante
amarilla, de magnitud 0, siendo la sexta estrella más brillante en el
hemisferio norte.
Cuando observo algún objeto, intento no recoger demasiada información que
pueda “contaminar” la observación, este trabajo es posterior para poder
profundizar, aprender y volver a relamer del disfrute de lo observado. Este trabajo más cerebral y menos pasional
que la observación a pie de telescopio, a veces me lleva a pensar que estas
estrellas y asterismos han sido observadas por la humanidad en otros tiempos,
que al igual que yo, querían dar explicaciones a los fenómenos desconocidos. De
ahí que me guste indagar en ese proceso de hemeroteca el origen, principalmente
griego de las constelaciones.
En el caso
del origen de Auriga, existen varios versiones de su origen mitológico, pero
personalmente me gusta la versión en la
que el rey Enómano, conocido por su amor a los caballos, no podía soportar la
idea de casar a su hija Hipodamia (domadora de caballos). Ideo un plan que consistía
en una competición de carrera de caballos, en la que el rey mismo competería con
cada uno de los pretendientes de su hija, de tal manera, que el que perdía también
perdería la vida. Los caballos de Enómano eran famosos por su velocidad, y así
lo demostró en las competiciones que celebro.
Sin embargo, le llego el turno a Pélope, hijo de Hermes. Aquí los dioses si
decidieron intervenir, de tal manera que Poseidón rey de los mares pero también
antiguo rey de los caballos, le regalo a Pélope un carro de oro tirada por
yeguas aladas también de oro. Hipodamia fue cómplice de lo que iba acontecer. Pélope se conjuro previamente con
Mirtilo, el conductor del carro del rey Enómao, para sustituir los clavos que
sujetaban los ejes del carro por otros de cera, a cambio de que si el rey perdía
la carrera, el auriga obtendría la mitad del reino y la noche de bodas con
Hipodamia. En el momento crucial de la carrera, las ruedas se desprendieron del
carro, y el rey fue arrastrado hasta morir, no antes sin maldecir a su cochero
Mirtilio. Este reclamo su parte, pero Hipodamia se resistió. Pélope lo golpeo y
durante el trayecto a casa, empujo a Mirtilo causándole la muerte. Hermes, al
descubrir el engaño honro al cochero y le concedió un lugar en el cielo para
que fuera recordado.
El 15 de noviembre del 2015, apunte el telescopio a M37 , el cumulo más
vistoso del Cochero, es un fantástico cumulo abierto, que dista de nosotros entre los 3600
y 4700 años luz. Yo pude apreciar más de un centenar de estrellas. Me llamo la atención
la estrella central, siendo la más luminosa del cumulo, rodeada por otras
estrellas de magnitud 9 y 10, e incluso, adaptando la vista a la oscuridad
salpicaban estrellas de magnitudes superiores. Me dio la sensación de apreciar
una ligera niebla o nebulosa que la envolvía, y así la dibuje. Es un cumulo
sensacional e impresionante, que pude sacarle partido a pesar de mis
condiciones de observación.
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Dibujo de Messier 37 |
El cochero debe de estar orgulloso de poseer en su “trocito” de cielo este
magnifico objeto.
Eres un fenómeno y tienes la gran virtud de enfocar a los demás con tus comentarios la pasión por la astrología y entrar en el mundo de la Grecia mítica. Un beso
ResponderEliminarEres un fenómeno y tienes la gran virtud de enfocar a los demás con tus comentarios la pasión por la astrología y entrar en el mundo de la Grecia mítica. Un beso
ResponderEliminarGracias. Astronomía y mitología siempre han ido unidas. Ciencia y humanismo
ResponderEliminarDe los tres messier de Auriga, sin dudarlo me quedo con este, sobre todo visto a pocos aumentos.
ResponderEliminarBuena entrada.
Gracias Santos, para mi fue una grata sorpresa este cúmulo.
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