sábado, 16 de enero de 2016

Starman y Messier 1

Tiempo de lectura 3 minutos

El calor insoportable de los últimos días no facilitaba el trabajo de Hao que necesitaba de un nuevo presagio con el que contentar al emperador Renzong. El nuevo departamento de astrólogos  creados por su padre, el gran emperador Zhenzong, era un nuevo grupo de funcionarios elegidos por sus meritos, y las nuevas reformas administrativas eran un signo de fortaleza del estado. En el imperio reinaba la paz, y la política oficial de la dinastía Song se caracterizaba por un falso pacifismo. En las fronteras los reinos del norte  realizaban incursiones diarias que ponían entre dicho el poder  del nuevo emperador. 

Renzong aumento los impuestos para costear y modernizar al ejército con los nuevos descubrimientos, como el uso de la  pólvora. El pueblo no estaba contento, y los impuestos no permitan respirar a un humilde pueblo que pasaba ya hambre. Hao como nuevo astrologo tenía que glorificar como fuera al emperador, pero necesitaba una señal, una señal del cielo.

La tarde del 4 de julio del año 1054, corría una leve brisa, un aire fresco que anunciaba una noche despejada y templada. Hao como era habitual preparo sus instrumentos de escritura, y medito pensativo las palabras que debía de elegir para escribir proclamas  al emperador. Sin embargo, en un momento de reflexión elevo la mirada hacia una constelación bien conocida y respetada, tauro. De repente, algo sucedió que lo inquieto, al observar una nueva estrella, la más brillante de esa noche, no caía en su asombro, y rápidamente busco en sus  cartas para comprobar que efectivamente no aparecía en los mapas, era su señal. Sin demora, anoto en su cuaderno “humildemente observé que una estrella huésped había aparecido; encima de dicha estrella había un débil halo, de color amarillo. Si uno examina cuidadosamente el pronóstico concerniente al emperador, la interpretación es la siguiente: el hecho de que la estrella huésped no traspasó Pi y su brillo es grande significa que hay una persona de gran valía.”

Esta crónica relata por primera vez la observación de una supernova, la explosión  y muerte de una estrella que fue observada en todos los continentes en el año 1054., entre los que se encuentran unas pinturas de los indios Anasazi.
Con una magnitud de entre -7 y -4, fue el objeto celeste más luminoso junto a la luna, incluso durante dos años fue visible a la luz del día.

La explosión creo el remanente de nebulosa que observamos actualmente. La nebulosa paso al olvido, hasta que en 1758, Charles Messier la incorporo como primera entrada en su catalogo de objetos no comentarios, conocido hoy como Catalogo Messier.
Nebulosa del Cangrejo


Situado a una distancia de 6300 años de distancia, se localiza en la constelación de Tauro, muy cerca de la estrella Zeta Tauri, la estrella que marca el cuerno sudoriental del cuerno del animal. En su interior, se encuentra un púlsar, uno de los objetos más masivos del universo. Con un tamaño de unos pocos kilómetros, el núcleo de la estrella que exploto gira sobre si misma a una velocidad de 30 revoluciones por segundo, emitiendo pulsos de radiación que van desde los rayos gamma hasta las ondas de radio que inundan nuestras casas. Es en sí mismo, es un verdadero faro celestial. La proyección de energía del pulsar moldea como el viento el remanente de la nebulosa, formando unos filamentos de helio e hidrógeno en sus bordes que caracterizan  a la nebulosa en forma de cangrejo, eso sí, solo observables por cámaras CCD y telescopios de gran tamaño.

En la noche del 12 de diciembre, y emulando a Hao, dirigí mi telescopio hacia el primer Messier, la noche era tranquila y me sorprendió lo cálida que era, dada el mes en la que nos encontramos. A 50 x, ya se podía observar de manera indefinida una mancha algodonosa, pero sin intuir su forma, cambie hacia un ocular de 24 mm y unos minutos de adaptación a la oscuridad para definir la forma ovalada el mismo. Jugué con los aumentos, pero tristemente no observe detalle alguno o los famosos filamentos que la caracterizan. Finalmente  la dibuje, tal como aparece en la imagen a 80 x.
Dibujo realizado de M1


Ahora no queda más que un remanente, ecos de otro tiempo de algo que en su momento fue durante meses el objeto más luminoso, algo espectacular que incluso cambio vida de emperadores.

Recientemente nos acaba de dejar otra estrella, y este es mi homenaje, con una de sus canciones, que como la nebulosa, perdurarán durante muchos años en el firmamento testigos de su obra.