lunes, 13 de abril de 2020

La restauración de los sueños ( 1ª parte)

La restauración de los sueños ( 1ª parte)

Tiempo de lectura:8 min.

La crisis que estamos viviendo cambiara el mundo como lo conocemos, de eso no tengo duda, pero especialmente, cambiara nuestra forma de percibir la vida, de tomar conciencia de los realmente importante, aquello que banalizabamos en nuestra vida cotidiana, como algo normal, rutinario, es anhelado como extraordinario en dicha situación. Un paseo, salir con la familia , tomar unas cañas con amigos, se antojan ahora como esencial y vital. Espero que este paradigma nos haga cambiar, y darle sentido a lo importante en la vida.

Durante estos día de confinamiento y   reflexión, he querido recuperar este hilo que por x e y he ido dejando. No era consciente de lo importante de la afición en vida, y he querido recuperar el sueño aletargado estos meses, no solo mentalmente, si no como verán,  también físicamente he iniciado un proceso de recuperación de mi primer tubo, pero antes de ello, conviene viajar a los orígenes, contextualizar el relato desde el principio, para poder apreciar los detalles de toda labor  restauración.


Este sueño se inicia a finales de los 80, e inicios de la nueva década de los 90. Recuerdo como música de fondo canciones como  enjoy the silence,  de depeche mode ( a día de hoy mi banda de culto) REM  y la fuerza emergente del nuevo grunge , como  Nirvana. En esa época, cursaba 7º de EGB, y los viajes recurrentes a Madrid en verano , especialmente, a la casa de mi tío Antonio, van moldeando la semilla del interés hacia la astronomía. Interesado por series como la legendaria Cosmos o permitiendo acceder a libros de biografía como Galielo u otros grandes de la ciencia, y por primera vez, observando con sus grandes binoculares algunas estrellas y planetas desde el cielo de Madrid o visitando el planetario entre otras actividades.
  
Magnifica revista que se vendía todos los viernes 
Ese año (1990/91),  se inicia mi pasión por la astronomía, en el pequeño pueblo de apenas 6000 habitantes ( Beniel, Murcia), recuerdo la llegada de los viernes para ir al quiosco a comprar la revista de ASTRONOMIA. El fin de semana disfrutaba de aquellas lecturas y magnificas fotos del cosmos, y profundizaba en el estudio del cielo y la adquisición de algunos conceptos, muchos de ellos fuera de la comprensión de un niño de 13 años. Con envidia atendía a la venta de telescopios , que por aquellos entonces costaban un riñón y medio, y mas para un chaval de pueblo.


Ese curso (8º EGB), tuve la suerte de iniciarme con unos pequeños binoculares, que me ofrecieron mi primera observación del cielo nocturno, poder reconocer las constelaciones y principales objetos, facilitado por el cielo que ofrecida esa pequeña localidad de la vega baja, en el corazón de la huerta murciana, la vía láctea era todo un espectáculo ( a día de hoy imposible por la contaminación lumínica). Mi interés hacia la cacharreria crece imparablemente. El sueño se inicia.

Mi telescopio LEO 140, eso era un pastón.
Necesitaba dar un paso mas, los prismáticos ofrecían unas imágenes especulares, pero quería profundizar en la observación planetarias, lunar y cielo profundo, ahondar mas en los objetos que la revista me ofrecía. Llega el momento, y ese año, mis padres que sabían de mi afición por el tema, me plantean un dilema, el viaje de estudios a Roma tenia un coste, y me ofrecieron la  posibilidad de canjearlo por un telescopio...no me lo pensé, Roma podría esperar.

Un viernes noche, mayo del 91, mis padres llegaron con una gran caja, y en ella, mi primer telescopio, un Alstar de 60/900 , fabricado por la empresa japonesa TOWA. Es un refractor para iniciarse a la astronomía, a diferencia de ahora, estos telescopios ofrecían una gran calidad, y no tienen nada que ver con los que  actualmente se hacen en masa " made in China". 

Aún recuerdo con mucho cariño ese día. Junto con mis hermanos montamos con mucha ilusión el telescopio, ellos también estaban emocionados. Estos telescopios, con trípode de madera, un tubo bien hecho, era un objeto precioso. Ademas, venia con los  complementos suficientes para iniciarse en la observación.

Con este primer telescopio inicio así un salto cuantitativo y cualitativo en la observacion astronómica, Recuerdo con mucho cariño esas noches, especialmente los viernes, a veces con una planificación de lo que quería observar, otras escrutando el cielo a mi antojo. Especialmente saturno, júpiter y la luna, era maravilloso lo que un pequeñín como este podía ofrecer.

Al cabo de un tiempo, la entrada de la adolescencia, cambio de residencia, y otros intereses mas banales de la juventud, van arrinconando el telescopio en un rincón de la casa. Mi pasión por la astronomía no desapareció, pero mi querido refractor quedo olvidado. 

Con el tiempo,el telescopio paso  de manos en manos,  más como  un objeto de decoración,  que otra cosa. El paso del tiempo hizo mella en su estado. Sin embargo, hace unos meses, en una viaje  de visita a la familia, pude localizarlo, y dado  el valor sentimental, conseguí traerlo de nuevo a Mallorca. Su estado no estaba tan mal como me creía. Podía restaurarlo, y oye...porque no...así que me puse manos a la obra e inicie  un proceso de restauración. 
Alstar 60/900 sin restaurar, no estaba tan mal, pero el paso del tiempo se nota.
Con este trabajo, no solo disfrute de aprender nuevas tareas, sino ademas, pude deleitarme con los recuerdos que venían a mi mente de aquella época, como volver a tener 13 años, volver a los inicios de los años 90. ¿ Quien dice que los sueños no se pueden restaurar?.