domingo, 6 de diciembre de 2015

El Cúmulo del Trapecio

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En las frías noches de invierno, asoma por el sureste una de las mas fantásticas constelaciones visibles en nuestras latitudes, me refiero a la constelación de Orión, de la que tratare en entradas posteriores. En ella se encuentra una nebulosa, pero no una cualquiera, sino LA GRAN nebulosa de Orión.  Esta fantástica nebulosa de gas y polvo, es el objeto más fotografiado y estudiado por los astrónomos y es uno de los pocos objetos del cielo profundo observados a simple vista, incluso desde sitios con cierta contaminación lumínica. Esto es posible, porque en su seno encierra 6 estrellas jóvenes que la iluminan y hace posible su observación, similar a un tubo de neón donde el gas es ionizado generando luz. Dentro de ella, no solo se están creando nuevos soles, sino además, se ha confirmado la formación de planetas en su fase inicial (protoplanetas).




La nebulosa de Orión, también conocida como Messier 42 o NGC 1976 se encuentra a una distancia de aproximadamente 1300 años luz con un diámetro de 24 años luz. Es fácilmente localizable porque está cerca de la estrella Eta Orionis, pero esto no fue siempre así. Curiosamente su descubrimiento no se realizo hasta el 1610 por el astrónomo francés Nicolas-Claude Fabri. Aquí hay una excepción, y como siempre los mayas nos sorprenden, ya que en un  cuento popular de la cultura maya se hablaba sobre una parte del cielo de la constelación de Orión conocida como Xibalbá. En el centro de sus fogones se hallaba una mancha emborronada generada por el fuego que representaba la nebulosa de Orión. Esta es una evidencia clara de que antes de la invención del telescopio ya detectaban este objeto y lo que es más curioso en tal descripción le estaba atribuyendo un color que no es observable a simple vista sino a través de fotografías.

Pero nos centraremos en el muy joven cumulo del trapecio, en el mismo corazón de la nebulosa. Fue descubierto por el mismísimo Galileo Galilei en 4 de febrero de 1617, donde describió tres de las 6 estrellas que la forman, pero aquí otro “misterio”, curiosamente resto a la nebulosa. Se cree que la intensidad de su brillo se ha incrementado al originarse estrellas luminosas en su interior. La edad estimada de estas  estrellas es de aproximadamente de 300.000 años, pensemos que nuestra especie ya populeaba por África, esto en términos astronómicos es casi nada. Son estrellas masivas, muy brillantes y azules. Si la tierra estuviera dentro del trapecio tendrían un brillo de magnitud -14, casi diez lunas llenas. Con unos prismáticos ya son visibles al menos las tres estrellas principales, y con telescopios de 5 pulgadas y en buenas condiciones se pueden observar hasta 6.

Forman un bonito trapecio de un color azul, que iluminan los alrededores evidenciando la nebulosa de gas y polvo que las vio nacer. Hay cuatro estrellas brillantes, identificadas como A. B, C y D, siendo la más brillante la C ( Theta Orionis), con una magnitud aparente de 5,13.

En la madrugada del  10 de noviembre del 2015, aprovechando unas condiciones atmosféricas estupendas,  mientras los  vecinos y mi familia dormían plácidamente, realice este dibujo del trapecio, pero solo esa parte de la nebulosa, una de las imágenes más impresionantes en visual a través de un telescopio.


Cuando finalmente, el cansancio pudo conmigo, y me deje llevar por el dios Morfeo, recuerdo perfectamente que esa noche soñé que me encontraba junto a una tribu, en torno a un fuego, y sin entender lo que me decían, solo me señalaban con el dedo el centro de la fogata y solo entendía unas silabas melódicas que decían rítmicamente “ Xibalbá, Xibalbá…”


miércoles, 2 de diciembre de 2015

El conjuro del Auriga: M37

Una de las constelaciones más impresionantes de invierno es la constelación de Auriga o el Cochero. Situado al norte de la constelación de Tauro, es fácilmente reconocible por su forma de pentágono que le dotan sus cinco estrellas principales. Destaca por encima de todas, Capella, una estrella Gigante amarilla, de magnitud 0, siendo la sexta estrella más brillante en el hemisferio norte.

Cuando observo algún objeto, intento no recoger demasiada información que pueda “contaminar” la observación, este trabajo es posterior para poder profundizar, aprender y volver a relamer del disfrute de lo observado.  Este trabajo más cerebral y menos pasional que la observación a pie de telescopio, a veces me lleva a pensar que estas estrellas y asterismos han sido observadas por la humanidad en otros tiempos, que al igual que yo, querían dar explicaciones a los fenómenos desconocidos. De ahí que me guste indagar en ese proceso de hemeroteca el origen, principalmente griego de las constelaciones.  


En el caso del origen de Auriga, existen varios versiones de su origen mitológico, pero personalmente me gusta la versión  en la que el rey Enómano, conocido por su amor a los caballos, no podía soportar la idea de casar a su hija Hipodamia (domadora de caballos). Ideo un plan que consistía en una competición de carrera de caballos, en la que el rey mismo competería con cada uno de los pretendientes de su hija, de tal manera, que el que perdía también perdería la vida. Los caballos de Enómano eran famosos por su velocidad, y así lo demostró en las competiciones que celebro.

Sin embargo, le llego el turno a Pélope, hijo de Hermes. Aquí los dioses si decidieron intervenir, de tal manera que Poseidón rey de los mares pero también antiguo rey de los caballos, le regalo a Pélope un carro de oro tirada por yeguas aladas también de oro. Hipodamia fue cómplice de lo que iba  acontecer. Pélope se conjuro previamente con Mirtilo, el conductor del carro del rey Enómao, para sustituir los clavos que sujetaban los ejes del carro por otros de cera, a cambio de que si el rey perdía la carrera, el auriga obtendría la mitad del reino y la noche de bodas con Hipodamia. En el momento crucial de la carrera, las ruedas se desprendieron del carro, y el rey fue arrastrado hasta morir, no antes sin maldecir a su cochero Mirtilio. Este reclamo su parte, pero Hipodamia se resistió. Pélope lo golpeo y durante el trayecto a casa, empujo a Mirtilo causándole la muerte. Hermes, al descubrir el engaño honro al cochero y le concedió un lugar en el cielo para que fuera recordado.  

El 15 de noviembre del 2015, apunte el telescopio a M37 , el cumulo más vistoso del Cochero, es un fantástico cumulo abierto, que dista de nosotros entre los 3600 y 4700 años luz. Yo pude apreciar más de un centenar de estrellas. Me llamo la atención la estrella central, siendo la más luminosa del cumulo, rodeada por otras estrellas de magnitud 9 y 10, e incluso, adaptando la vista a la oscuridad salpicaban estrellas de magnitudes superiores. Me dio la sensación de apreciar una ligera niebla o nebulosa que la envolvía, y así la dibuje. Es un cumulo sensacional e impresionante, que pude sacarle partido a pesar de mis condiciones de observación.

Dibujo de Messier 37


El cochero  debe de estar orgulloso de poseer en su “trocito” de cielo  este magnifico objeto.